Tal vez te hayas dado cuenta de la enorme cantidad de aplicaciones que consisten en una sencilla versión de una página web. Una aplicación tan famosa como Instagram, a grandes rasgos, es una aplicación que contiene una versión muy similar a lo que sería la web.

De un mes hasta ahora, me he dedicado a ir borrando todas las aplicaciones en las que sucede este fenómeno. Y un ejemplo es Instagram

¿Funcionalidad?

Como usuarios asiduos a tecnologías web, parece bastante razonable poder disfrutar de todas las funcionalidades de una aplicación RRSS en su propio sitio web, ¿no es así? No. Es razonable pero no es lucrativo. Intenta crear una story de Instagram (sin que parezca una cagada de perro) en su web, ya sea en la versión móvil o de escritorio. Imposible. Si quieres compartir historias con tus amigos, ya puedes ir bajándote la aplicación. Todo para subir una foto o vídeo que desaparece en 24 horas en lugar de quedar permanentemente.

Prueba suerte navegando por el sitio web móvil de Tiktok, verás qué magnífica experiencia. Nótese la ironia.

¿Por qué?

Datos. Una de las palabras estrella de los últimos 5 o 10 años junto a “toxicidad”, “resiliencia” y “bro”. Si tus datos valen dinero, imagínate cuánto pueden valer los de todo un país. Las apps tienen la capacidad de rastrear tu teléfono a todas horas, desde qué haces en la aplicación, cuánto tiempo, tus fotos, tus contactos y una infinidad de información alojada en tu teléfono. Todo para mandarte anuncios personalizados y sacarte los cuartos. Excelente.

Cuando surfeas la red en tu PC o mediante navegadores, tienes la posibilidad de hacerlo con VPNs, bloqueadores de anuncios, pestañas de incógnito (jaja)… Si utilizas una aplicación, olvídate. Las normas las dictan ellos.

La gran mayoría de las aplicaciones se mantienen en ejecución en un segundo plano, incluso pueden cambiar la configuración de tu teléfono sin tu consentimiento expreso. Realmente, bajo mi punto de vista podrían llamarse perfectamente TROYANOS. Con la diferencia de que no nos los tienen que colar, nosotros mismos los aceptamos.

Tecnología cangrejo

“Download our app”, “Our site looks better with our app”…

Alguno de vosotros, cuando utiliza una aplicación o web, seguramente sea consciente u observe el rendimiento (si tu único fin no es la dopamina). Hagan la prueba.

No quiero decir con esto que no haya aplicaciones que funcionen de forma excelente. En mi opinión, la aplicación de Youtube funciona a las mil maravillas, y a mi modo de verlo, mejor que en la versión web móvil.

Claro que esta afirmación puede ser bastante sencilla si convertimos todos los sitios webs funcionales en una “puta mierda”.

En definitiva, por joder y por recolectar datos.

Incluso en Job Today (más de uno la conocerá) es imposible actualizar o editar nuestro perfil sin descargar la condenada aplicación. Esto es aplicable a otras webs similares como Randstad (No creo ni que se les deba llamar webs ya, a estas alturas).

Deben dar por hecho que todas las personas que buscan trabajo en un portal online disponen de un teléfono de última generación. Es que hay que ser gilipollas (y arrogantes).

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